Ficha del entrenador | |||
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Nombre completo | Luis Enrique Martínez García | ||
Fecha de nacimiento | 8 de mayo de 1970 | ||
Lugar de nacimiento | Gijón (Asturias) | ||
Total partidos | 40 | ||
Partidos ganados | 14 | ||
Partidos empatados | 8 | ||
Partidos perdidos | 18 | ||
Temporadas en el club | 1 (2013-14) | ||
Como futbolista destacó por su polivalencia, empezando como delantero centro y terminando siendo lateral tras jugar durante muchos años como centrocampista. Esta polivalencia le llevó a defender los colores del Sporting de Gijón, club de su ciudad natal donde se formó como futbolista, y los de Real Madrid y Barcelona. Su pase al conjunto catalán, renunciando a seguir en el Real Madrid estuvo rodeado de bastante polémica, que el propio jugador alimentó en las posteriores visitas al Bernabéu enfundado de azulgrana.
Su balance como futbolista, tanto a nivel estadístico como de palmarés es intachable. Disputó 400 partidos en la máxima categoría, anotando 102 goles. Además fue internacional Sub-21, logró la medalla de Oro en las Olimpiadas de 1992 con la selección olímpica, y fue internacional absoluto, disputando tres mundiales (USA 1994, Francia 1998 y Corea - Japón 2002), y dos Eurocopas (Inglaterra 1996 y Países Bajos-Bélgica 2000).
Además de la medalla olímpica, ganó 3 Ligas, 3 Copas del Rey, 2 Supercopas, 1 Supercopa de Eurpa y 1 Recopa de Europa. Fue internacional absoluto en 62 ocasiones, anotando 12 goles, pero sin duda su momento más recordado como jugador de la selección fue durante el transcurso de la eliminatoria de Cuartos de final del Mundial de Estados Unidos. España se enfrentaba a Italia, y el marcador señalaba un apretado empate a uno cuando Tasotti golpeó a Luis Enrique en la cara, rompiéndole el tabique nasal, sin que el colegiado apreciase la infracción, que supondría un penalty a favor de los pupilos de Javier Clemente.
Luis Enrique con su equipo de trabajo el día de su presentación |
Luis Enrique protestó airadamente la decisión, lleno de rabia y dolor, pero no logró que el árbitro modificase su decisión. Unos minutos después Roberto Baggio anotaría el segundo tanto de la escuadra "azzura", que enviaba a la española de vuelta a casa, otra vez en los cuartos de final. Italia disputaría la final de ese mundial ante la Brasil de Mazinho, cayendo en la tanda de penaltis.
A pesar de que no era algo previsto por Luis Enrique, decidió probar suerte como entrenador tras colgar las botas en el año 2004. Su debut como técnico se produjo en el verano de 2008, cuando Pep Guardiola ascendió al primer equipo dejando una vacante en el filial que ocupó el asturiano. Durante tres año dirigió al Barcelona B, logrando el ascenso a Segunda en la Temporada 2009-10 después de once años lejos de la categoría de plata. Además, en su primer año en Segunda alcanzó el tercer puesto, la mejor clasificación histórica del filial azulgrana.
Tras un ciclo de tres temporadas con el filial barcelonista, Luis Enrique decide dar por finalizada su etapa formativa y da el salto a un grande de Italia: La Roma. El cambio no acabó de sentar bien a Luis Enrique, que nada más llegar a la ciudad eterna vio como su equipo era eliminado en la fase previa de la Europa League ante el Slovan Bratislava eslovaco, tras caer derrotado por un tanto a cero en la ida y empatar a un gol en el partido de vuelta disputado en el Olímpico de Roma.
Montado en el andamio, una de sus imágenes más características |
En la competición doméstica dejó al equipo en séptima posición de la tabla, una clasificación por debajo de las expectativas de los directivos romanos, que decidieron que el técnico asturiano no continuase en el Olímpico al año siguiente a pesar de tener un año más de contrato. Luis Enrique decidió tomarse entonces un año sabático, alejado del fútbol y dedicado a su familia, así como a la práctica de determinados deportes de resistencia, como el ciclismo.
Tras un año alejado de los banquillos, el 8 de junio de 2013 se hacía oficial su incorporación al Celta. El conjunto celeste había logrado la salvación de forma agónica en el último encuentro de Liga ante el Espanyol, bajo las órdenes de Abel Resino, que tenía contrato con la entidad olívica. Sin embargo, las exigencias del toledano en materia de fichajes, así como su escasa intención de apoyar a la cantera, propiciaron que el Celta rescindiese unilateralmente su contrato y cerrase la contratación de Luis Enrique, un técnico que encajaba mejor en la filosofía que quería implatar Carlos Mouriño en el club.
Desde su llegada a Vigo se pudo observar que se trataba de un técnico diferente a la gran mayoría. Sus métodos y sus modos no tenían nada que ver con los de sus antecesores. Luis Enrique implantó una serie de normas que no gustarían y que le acarrearían ciertos problemas, especialmente en los momentos más duros de la temporada. Cerró los entrenamientos a prensa y público, y su relación con los periodistas no fue la mejor. Durante el año que pasó en Vigo no concedió ni una sola entrevista, con la excepción de la que ofreció al canal oficial de televisión del club.
En el banquillo antes de un partido en Valladolid |
En el mes de agosto, Tito Vilanova abandonaba el Barcelona por su enfermedad, lo que dejaba vacante el banquillo azulgrana. El nombre de Luis Enrique sonó entonces con muchísima fuerza durante un fin de semana lleno de especulaciones que nadie se encargó de parar. Ni el club ni el técnico ofrecían ninguna explicación, lo que hacía que los rumores no parasen de engordar. Finalmente, el club catalán escogió a Gerardo Martino y Luis Enrique negó posteriormente haber tenido ningún tipo de contacto con el club en el que se retiró como jugador.
Luis Enrique solo hablaba en la sala de prensa, contestando a duras penas a lo que le preguntaban los periodistas de los distintos medios. Ordenó instalar en A Madroa un andamio, bautizado como estructura de observación técnica por el club, desde donde daba instrucciones y corregía movimientos a sus futbolistas. Sus gafas de sol, siempre presentes, fueron objeto de comentarios hasta que trascendió que se trataba de un tema médico.
En el plano deportivo, tomó decisiones importantes nada más llegar a Vigo. Se llevó al Stage a muchos canteranos, la mayoría de ellos componenentes del equipo juvenil que había llegado a la final de la Liga el curso anteriores. Santi Mina, Yelko Pino, Borja Fernández o David Goldar eran algunos de los representantes más jóvenes de A Madroa. De ellos se quedó en el primer equipo Santi Mina, y David Costas, que se incorporó tarde a la pretemporada del equipo pero que tenía un sitio reservado en la plantilla. Luis Enrique se había empapado de fútbol base durante su año sabático, y conocía perfectamente a aquel Celta juvenil, una de las mejores generaciones de la cantera céltica.
Además de sus decisiones respecto a la cantera, decidió prescindir de Andrés Túñez y Fabián Orellana, a quienes advirtió de sus planes. El primero decidió aceptar una oferta de Israel, pero Orellana quiso quedarse en Vigo, a pesar de saber que dispondría de muy pocos minutos. Todo lo contrario le sucedió a Toni, que estaba con un pie fuera del equipo antes de su llegada. Luis Enrique lo probó durante el verano como lateral izquierdo, y siguió apostando por él en el comienzo del campeonato.
El Celta arrancó bien el campeonato, con un empate en casa y una victoria a domicilio ante el Betis, pero con el paso de las jornadas los equipos parecían haber entendido al Celta y lograban desactivarlo con suma facilidad. El asturiano insistía con Toni como lateral a pesar de que la evidencia aconsejaba probar a otro futbolista en esa posición. En sus primeras semanas como entrenador decidió poner un pequeño matiz al esquema "Barça", obligando al pivote defensivo a incrustarse en la zaga para sacar el balón jugado desde atrás.
En octubre llegaría el peor momento de Luis Enrique. La prensa no se sentía bien tratada por el técnico celeste, y no tuvo compasión cuando llegaron los peores momentos. Las críticas arreciaban, y tras la derrota ante el Levante en casa fue incluso ratificado por el Presidente Mouriño, pero aquel partido ante el conjunto granota, a pesar de la derrota, marcó un antes y un después en su etapa en Vigo.
Su último partido en Balaídos, 2-0 ante el Madrid |
Luis Enrique comenzó aquella noche a remodelar al Celta. Se olvidó de la salida de balón de Oubiña y optó por algo más tradicional, y durante las siguientes semanas fue perfilando el equipo hasta dar con su once ideal y el esquema perfecto. Ante el Levante mereció ganar, pero siete días después lo refrendaría con una contundente goleada ante el Málaga en La Rosaleda (0-5), el primer partido en el que se vio el potencial que podía alcanzar su Celta.
Su siguiente paso fue sacar a Toni del lateral izquierdo, dando paso primero a Aurtenetxe y posteriormente a Jonny, un lateral derecho que jugaría a pierna cambiada durante el resto de la temporada. Su entrada dio otro aire al equipo y ya nadie le sacó del once. También probó a Orellana, a quien dio la titularidad ante el Almería. El chileno, relegado a un papel secundario en el mes de agosto, se convertiría en el mejor jugador del Celta durante el resto de la temporada. Otra de sus innovaciones fue situar a Krohn-Dehli como pivote defensivo, dejando a Oubiña en el banquillo. El danés tardó en adaptarse, pero acabó siendo uno de los referentes de la medular céltica.
Con Charles, en A Madroa |
Con todos estos cambios, el equipo arrancaría a partir del mes de enero, con la explosión de Rafinha y la resurrección de Nolito. El conjunto celeste hizo 19 puntos en la primera vuelta y 30 en la segunda, una puntuación que, de mantenerla también en la primera vuelta, llevaría a los vigueses a Europa. El mérito de la segunda vuelta contrasta con las probaturas de la primera. Luis Enrique tardó en dar con la tecla, el equipo tardó cinco meses en encontrar su sitio, y pagó los errores de la primera vuelta.
Pero el gran mérito de Luis Enrique fue su manejo del vestuario. El asturiano solo repitió once en una ocasión durante toda la temporada y logró enviar el mensaje a la plantilla de que todos contaban. Así era. Luis Enrique no se casaba con nadie y los jugadores entraban y salían del once sin que pareciese un castigo o un premio. Eso permitió tener a todo el equipo enchufado y defendiendo a muerte su idea.
El Celta, tras un arranque de temporada dura, logró la permanencia de forma holgada, finalizando la temporada en novena posición, con 49 puntos en su haber, por encima del objetivo inicial marcado por el club. Luis Enrique abandonaría el equipo tras un gran año, dejando la estela de un entrenador diferente, imposible de encajar en cualquier arquetipo de entrenador conocido hasta el momento. El andamio sería su legado físico, pero no el único. Luis Enrique logró el récord de victorias a domicilio (ocho), y fue fiel a la filosofía del club: Gusto por el buen juego y apuesta por la cantera.
TRAYECTORIA CON EL CELTA
* 2013-14: (1ª división)
1ª División
38 partidos
14 Victorias
7 Empates
17 Derrotas
49 Goles a favor (1,29 por partido)
54 Goles en contra (1,42 por partido)
Progresión de puntos en Temporada completa: 49 (3 ptos por victoria, 38 partidos)
*VIDEO DE KARPINHA SOBRE LA TEMPORADA DE LUIS ENRIQUE EN EL CELTA
*VIDEO DE KARPINHA SOBRE LA TEMPORADA DE LUIS ENRIQUE EN EL CELTA
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